No necesito decirle a nadie que lea este artículo que ha sido un buen año en la atención médica. Con un entorno definido por la polarización política y su intersección con el COVID, las disparidades en la salud y la atención médica, la frágil economía de la atención médica, el agotamiento y las predicciones de una “gran resignación”, ¿dónde encaja la seguridad del paciente en un camino estratégico a seguir?
Considerando la complejidad de los sistemas de atención médica, no es ninguna novedad que los problemas de seguridad sean endémicos en la atención médica. Debemos trabajar desde una base de seguridad para lograr el propósito y las metas de la atención médica. La seguridad debe estar integrada en cada decisión y acción que tomamos. Desde una perspectiva de los sistemas, los pacientes quieren saber que la atención que reciben está centrada en el paciente, es segura y confiable, y cumple sus expectativas de calidad. Quieren saber que los proveedores de atención médica que los atienden son clínicamente competentes, tienen competencia interpersonal y priman los intereses del paciente. En una palabra, quieren confiar en el sistema y en las personas que los cuidan.
Entonces, ¿en qué situación estamos con respecto a la confianza? Una reciente encuesta rápida indicó que en 2019, solo el 36% de las personas tenía “mucha” o “bastante confianza” en el sistema médico1 . Debido principalmente a los esfuerzos heroicos de los trabajadores de atención médica durante el pico de la pandemia del COVID, el número aumentó al 51% en 20201 . Sin embargo, en 2021, en un entorno de controversia con respecto a los consejos médicos sobre el uso de máscaras y los mandatos de vacunación, la métrica de confianza disminuyó al 44%1.
¡TENEMOS TRABAJO POR HACER!
El año pasado, la Fundación para la Seguridad del Paciente de Anestesia (APSF) se centró principalmente en nuestra visión de “que ninguna persona se vea perjudicada por la atención con anestesia”. Esa visión debe arraigarse en las experiencias del paciente durante todo el proceso perioperatorio y posteriormente. En definitiva, aspiramos a un sistema sin daños prevenibles, devolviendo a los pacientes a su situación inicial o a un mejor estado de salud física, cognitiva y psicológica.
En febrero de 2022, hicimos una sesión de planificación estratégica para innovar y buscar nuevos proyectos que tuvieran un alto impacto en el cumplimiento de nuestra visión. Aunque había literalmente decenas de ideas, nos decidimos por tres:
- Desarrollar una comunicación bidireccional con los pacientes. Con ese fin, hemos agregado la voz del paciente a nuestros análisis y decisiones, y estamos trabajando en material orientado al paciente que estos últimos pueden usar para mejorar su experiencia perioperatoria.
- Involucrar a la próxima generación de profesionales de la anestesia. Para lograr este objetivo, estamos en la fase de desarrollo con la Sociedad Americana de Anestesiólogos para ofrecer módulos educativos básicos sobre la seguridad del paciente para todos los estudiantes y profesionales de la anestesia que empiezan su carrera.
- Potenciar la implementación de tecnología disruptiva. El futuro de la atención médica promete agregar una recopilación de datos más sólida y herramientas avanzadas de apoyo a la toma de decisiones clínicas. El aprendizaje automático, la inteligencia artificial y los sensores portátiles ya se han introducido en el espacio perioperatorio. Estas innovaciones son muy prometedoras para mejorar la calidad y la seguridad, pero también tienen un riesgo inherente si no se implementan correctamente. El primer paso en este esfuerzo será la Conferencia de Consenso de Stoelting de 2023, que tratará esta nueva era de cuestiones sobre la seguridad en atención médica en relación con las tecnologías emergentes.
Continuamos trabajando en los medios de acción mediante las que convertimos las ideas en acción y la acción en resultados. Incluyen la investigación, educación, el Boletín informativo, otros medios de comunicación (p. ej., redes sociales), colaboración con otras partes interesadas en la seguridad del paciente y defensoría. Con recursos limitados, continuaremos utilizando estratégicamente estos medios para lograr un progreso continuo en la lucha contra los daños prevenibles. El enfoque del próximo año estará dirigido a nuestras diez prioridades (https://www.apsf.org/patient-safety-priorities/). Estos incluyen:
- Cultura de seguridad
- Trabajo en equipo
- Deterioro clínico
- Anestesia fuera del quirófano
- Salud cerebral perioperatoria
- Daños relacionados con los opioides
- Seguridad de los medicamentos
- Enfermedades infecciosas
- Seguridad del personal clínico
- Manejo de la vía aérea
Tenemos un grupo profundamente comprometido de voluntarios, el cual estoy convencido de que enfrentará los retos de la atención médica que se generarán en el espacio perioperatorio durante la próxima década y las soluciones que conlleve la seguridad del paciente. Contamos con su apoyo económico para lograr nuestros objetivos y utilizaremos nuestros recursos sabiamente para garantizar que la anestesiología siga siendo líder en seguridad perioperatoria en beneficio de nuestros pacientes y proveedores. En ocasiones, es mejor resistirse al cambio; en otras, es mejor alinearse al cambio. Sin embargo, en la APSF será proactivo continuar nuestro trabajo para cumplir nuestra visión de “que ninguna persona se vea perjudicada por la atención con anestesia”. La confianza que tenemos con nuestros pacientes es sagrada, y nuestro objetivo es continuar con la fundación de la confianza sobre la cual se construyó nuestra especialidad.
Dan Cole, MD, es profesor de Anestesiología Clínica en el Departamento de Anestesiología y Medicina Perioperatoria, David Geffen School of Medicine, University of California, Los Ángeles. Además, es el presidente actual de la Fundación para la Seguridad del Paciente de Anestesia
El autor no tiene ningún conflicto de interés.
Referencias
- https://news.gallup.com/poll/352316/americans-confidence-major-institutions-dips.aspx. Acccessed on November 26, 2022.