INTRODUCCIÓN
Aunque la seguridad del paciente es un campo bien establecido de estudio, se ha prestado poca atención a la seguridad de los proveedores de salud. De acuerdo con la Occupational Health Safety Network, 1 de cada 5 accidentes en el trabajo no fatales ocurre en la industria de la atención médica y asistencia social, y los trabajadores médicos experimentan siete veces la tasa nacional de trastornos musculoesqueléticos.1 Las causas más frecuentemente documentadas de accidentes fueron el traslado de pacientes y “resbalones, tropiezos y caídas”.1
Los riesgos laborales de trabajar en lugares fuera del quirófano donde se aplica anestesia (NORA), tales como las salas de radiología intervencionista, laboratorios de electrofisiología y cateterización, salas de endoscopia y de resonancia magnética no se han estudiado. El dolor musculoesquelético es más frecuente en trabajadores de atención médica que trabajan en laboratorios intervencionistas y es mayor entre empleados no médicos.2 Este artículo resalta los riesgos laborales clave que los profesionales de la anestesia enfrentan en los lugares NORA y ofrece sugerencias para crear un entorno de trabajo más seguro.
DISPOSICIÓN DE LA HABITACIÓN
Muchas salas NORA se modernizan y tienen una superficie insuficiente para adaptar cómodamente las máquinas de anestesia, los dispensadores automáticos de medicamentos y otros equipos. La disposición no estándar y reducida del equipo de anestesia puede hacer que los movimientos del proveedor para acceder al paciente, la vía aérea y los puertos de inyección sean incómodos y no ergonómicos. La iluminación ambiente atenuada necesaria para la imagen fluoroscópica y la falta de iluminación del pasillo aumentan el riesgo de tropiezos o de sufrir una conmoción por un golpe en la cabeza con pantallas o brazos radiológicos.
Las intervenciones pueden requerir que el profesional que hace el procedimiento y el profesional de la anestesia a menudo cambien de lugar, dependiendo de la modalidad de la imagenología y del sitio anatómico que se esté tratando. Es posible que sea necesario que la máquina de anestesia y el sistema dispensador de medicamentos se muevan frecuentemente de un lugar a otro en la habitación; esto plantea dos riesgos específicos para los profesionales de la anestesia.
Primero, las máquinas de anestesia pueden pesar entre 100 y 165 kilogramos. Aunque las máquinas están sobre ruedas, las personas que las mueven necesitan prestar atención a la mecánica corporal adecuada y a la presencia de cables u otros obstáculos en el piso que obstruyan las ruedas. La tensión física inapropiada puede multiplicarse cuando las distintas disposiciones físicas aumentan la frecuencia del movimiento de la máquina de anestesia.
El segundo riesgo que surge de la ubicación variable de la máquina de anestesia proviene de los cables, mangueras y líneas asociadas. Las máquinas de anestesia tendrán al menos tres mangueras (oxígeno, aire y gas de escape del sistema de purificación) y un cable de alimentación. Las conexiones adicionales pueden incluir una manguera de vacío para succión, óxido nitroso, cables de computadora y cables de datos (Figura 1). En MD Anderson, al menos dos profesionales de anestesia en los últimos diez años informaron haberse caído después de tropezar con dichos cables (Figura 2). Existen múltiples soluciones para mitigar el riesgo de fallas, incluyendo “fundas” para cables disponibles en comercios y alfombras diseñadas especialmente para ese fin (Figura 3). Sin embargo, estas tienen sus propios retos, como el riesgo potencial de un aumento en la contaminación bacteriana y el riesgo de que la alfombra misma resbale en el piso de la habitación de intervenciones. Una estrategia es ubicar alfombras “antifatiga” sobre los cables, pero esta solución depende de tener miembros del equipo conscientes que las coloquen al inicio de cada caso. Otra estrategia de mitigación es trenzar las líneas de gas (Figura 4). La mejor solución sería diseñar habitaciones de intervenciones con salidas de gas y electricidad que provengan de brazos móviles suspendidos en el techo, de modo que las líneas de gas puedan almacenarse detrás de la máquina de anestesia (Figura 5).
DISEÑO DE LA HABITACIÓN
Los profesionales de anestesia necesitan participar del diseño, planificación y construcción de las nuevas salas de procedimientos. Un buen diseño de habitación para la atención del paciente disminuye los peligros de tropiezo en el suelo y los obstáculos colgantes como líneas de gas o cables eléctricos. Esto reduce el estrés físico en los proveedores a medida que buscan el equipo necesario para la atención del paciente.
La colocación adecuada del equipo de anestesia debe ser una prioridad, con la disposición relacionada de las líneas de gas, succión, tomacorrientes y puertos de Internet. Se debe asignar un espacio adecuado para el equipo de anestesia en la configuración correcta, a la derecha de la cabeza del paciente (al menos para inducción y emergencia) y para que el médico tenga acceso al paciente, sin obstáculos.3 La Declaración de la ASA sobre los lugares NORA establece: “Debería haber espacio suficiente en cada lugar para adaptar el equipo y el personal necesario y para permitir un acceso rápido al paciente, a la máquina de anestesia (cuando esté presente) y al equipo de monitoreo”.3 El Departamento de Anestesiología (Department of Anesthesiology) de Weill Cornell Medicine ha designado que el espacio mínimo para los servicios de anestesia planificados en todos los nuevos diseños de salas de intervenciones u operaciones debe ser de 12 pies por 7 pies. Esta área de 84 pies cuadrados debería reservarse como mínimo para la máquina de anestesia, el carrito de medicamentos y equipos, el poste IV y una silla, para asegurar la posibilidad del profesional de la anestesia de moverse de manera segura en el espacio de trabajo.4 Muchas salas de imagenología están diseñadas únicamente para alojar el gran equipo de imágenes y mover a los pacientes dentro y fuera de la habitación; se presta poca atención al proceso de trabajo de los técnicos, enfermeros, proveedores de práctica avanzada y médicos que atienden al paciente. Debe garantizarse el espacio para las camas de los pacientes y la accesibilidad para facilitar el traslado de pacientes móviles e inmóviles.
Con base en la experiencia de los autores, siempre que sea posible, los pacientes deben entrar por el lado de la habitación opuesto a la máquina de anestesia, las líneas de gas y los cables. Las habitaciones deben tener dos puertas para permitir el fácil acceso del equipo y el personal para el proceso de trabajo habitual y si hay una emergencia. En las habitaciones con una sola puerta, el profesional de la anestesia y la cabeza del paciente deben estar cerca de la puerta de modo tal que el personal que llegue para ayudar en una emergencia pueda asistir de inmediato. Las líneas de gas deben conectarse cerca y detrás de la máquina de anestesia con una línea dedicada para la eliminación de gases anestésicos residuales (WAGD). La Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA) establece que cualquier lugar donde se pretenda administrar óxido nitroso o gas anestésico halogenado debe tener una entrada de WAGD.5 Aunque las directrices de la NFPA no son legalmente vinculantes, son una norma de consenso referenciada por la Joint Commission.6
Además de la sala de intervenciones, los profesionales de la anestesia deben proponer lugares adecuados de recuperación pre y posintervención cerca de la sala de intervenciones y deben tener una vía rápida para el traslado de pacientes a la unidad de cuidados intensivos. Muy a menudo, no se dedica suficiente espacio o atención a estos aspectos importantes de la atención al paciente, que pueden afectar significativamente la seguridad y la eficiencia.
TRASLADO DE PACIENTES
Los traslados de pacientes pueden ser, sobre todo, incómodos en lugares NORA debido al espacio reducido y a la falta de equipos para asistir en los traslados, ya que estas áreas pueden haber sido diseñadas para que los pacientes no anestesiados se muevan por sí mismos. Existen muchos sistemas de reposicionamiento de pacientes, como AirTap (Prevalon AirTap, Sage Stryker, Cary, IL) o HoverMatt (HoverTech International, Allentown, PA), diseñados para ayudar a trasladar pacientes que no pueden moverse por sí solos. Aunque se diseñaron para aumentar la seguridad del paciente, también mejoran la seguridad del proveedor porque limitan el estrés musculoesquelético.7
RIESGOS INVISIBLES
Riesgos químicos como solventes, adhesivos, pinturas, polvo tóxico o, los más frecuentes; gases anestésicos residuales son peligros potenciales para los profesionales médicos. Sin embargo, identificar tales exposiciones quizás no siempre sea fácil, ya que algunos de los riesgos pueden ser invisibles (gases) o inoloros. Técnicas como la espectrofotometría infrarroja se pueden usar para identificar y cuantificar una fuga de gas. La exposición de largo plazo a gases anestésicos residuales puede afectar al sistema de defensa antioxidante y, probablemente, a la función de órganos vitales.8 Las medidas preventivas, como las verificaciones diarias de las máquinas, sistemas efectivos de depuración y ventilación, el surtido adecuado de los vaporizadores y la limpieza rápida de derrames, deben aplicarse de manera periódica.
Además, el uso de fluoroscopia intraprocedimental ha aumentado tanto en los quirófanos como en lugares NORA. La formación en radiación segura para los profesionales de la anestesia puede ser limitada. El principio fundamental de la seguridad radiológica es que la dosis de exposición varíe de manera proporcional al área desprotegida de la persona e inversamente con el cuadrado de la distancia.9 El pequeño tamaño de muchas salas de intervenciones NORA impide que el profesional de la anestesia se posicione a una distancia apropiada del tubo de rayos X. El pequeño tamaño de la sala también dificulta agregar un escudo rodante entre el profesional de la anestesia y la fuente de radiación.
El uso de cortinas plomadas fijas a la mesa de intervenciones, escudos rodantes de plomo o delantales protectores para los médicos son esenciales para reducir el área de exposición para cada persona en la habitación. La protección de la vista disminuye la incidencia de cataratas.10 Si no se dispone de gafas de plomo, las lentes de vidrio o plástico dan cierta reducción a la exposición. Un delantal de plomo circunferencial con protección del escudo tiroideo es esencial para los profesionales de la anestesia, ya que a menudo necesitan dar la espalda al tubo de rayos X.10 La institución debe entregar estos delantales y escudos tiroideos para uso de los proveedores que trabajan en una sala de intervenciones específica.
La Comisión Nacional o Internacional de Protección Radiológica (NRCP, IRCP) es la que define los límites anuales de exposición a la radiación. Todos los proveedores que tienen exposición en el trabajo deben usar los dosímetros de radiación. Cualquier persona que esté embarazada o tenga más del 10 % de la exposición anual recomendada debe someterse a evaluaciones mensuales del dosímetro.11 Las instituciones deben distribuir dosímetros y monitorear los resultados, y evaluar la integridad de todos los escudos de plomo anualmente.11 La evaluación habitual del dosímetro puede ser un reto dada la gran cantidad de departamentos de anestesia y los múltiples sitios que se cubren.9
Afortunadamente, múltiples estudios han confirmado que la exposición a la radiación para los proveedores de anestesia generalmente está muy por debajo de los límites establecidos.9 Sin embargo, cuando el tubo de rayos X está adyacente al profesional de la anestesia, la exposición del médico puede ser hasta tres veces mayor que la del operador, debido a que el profesional de la anestesia necesita moverse más allá de cualquier escudo rodante para administrar medicamentos o atender al paciente.12 Además, el uso de equipos o técnicas innovadoras en intervenciones más nuevas de NORA puede resultar en una exposición a la radiación inadvertidamente alta, por ejemplo, quienes usan imagenología continuamente de alta resolución en salas neuro y cardíaco intervencionistas.12
CONCLUSIÓN
A medida que aumenta el número de intervenciones que requieren anestesia fuera del quirófano, los profesionales de la anestesia están expuestos a más riesgos que en las salas de operaciones típicas. Aunque muchos improvisan medidas de seguridad ad hoc para evitar lesiones, es importante hacer un esfuerzo multidisciplinar y organizado para mejorar la seguridad de los proveedores. Esto incluye participar en el diseño de la sala, organizar el equipo y los cables/líneas asociados de la manera menos intrusiva posible y seguir una lista de verificación de seguridad donde se considere el equipo adecuado y la eliminación o mitigación de riesgos físicos. Cada líder de anestesia puede trabajar en el sistema de su institución para reducir dichos riesgos.
Candace Chang, MD, MPH, es profesora asociada de Anestesiología en University of Utah, Salt Lake City, EE. UU.
Jens Tan, MD, es profesor de Anestesiología en el University of Texas MD Anderson Cancer Center, Houston, Texas, EE. UU.
Patricia Fogarty Mack, MD, es profesora de Anestesiología Clínica en Weill Cornell Medicine/New York Presbyterian Hospital, ciudad de Nueva York, EE. UU.
Diana Anca, MD, es profesora asociada de Anestesiología Clínica en Weill Cornell Medicine/New York Presbyterian Hospital, ciudad de Nueva York, EE. UU.
Las autoras no tienen conflictos de intereses.
REFERENCIAS
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- Weill Cornell Medicine Department of Anesthesiology Internal Strategic Operating Room and Procedure Suite Development Requirements: 2010–2021.
- Statement on Nonoperating Room Anesthetizing Locations. American Society of Anesthesiologists. 2018. https://www.asahq.org/standards-and-guidelines/statement-on-nonoperating-room-anesthetizing-locations Accessed August 3, 2023.
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