Los laringoscopios reutilizables frente a los desechables

Jodi Sherman, MD

LaringoscopioPara comprender la seguridad del laringoscopio reutilizable y del desechable, resulta útil analizar la clasificación de riesgos de infección de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC)1 y los criterios de adquisición de dispositivos: seguridad, eficacia, facilidad de uso, costo y cumplimiento normativo.2

Los depresores linguales entran en contacto con las membranas mucosas y se consideran de riesgo intermedio o semicrítico. Como consecuencia, requieren como mínimo una desinfección de alto nivel que, por lo general, se hace en el Departamento Central de Esterilización y Suministro (Central Sterilization and Supply Department, CSSD).1 Los mangos entran en contacto con la piel, por lo que siempre se consideraron de riesgo bajo o no crítico. Por consiguiente, requieren como mínimo una desinfección de bajo nivel que, por lo general, se hace con un paño con químicos en el quirófano.2

El vocabulario de los CDC sobre la clasificación de mangos del laringoscopio es impreciso y, por eso, defieren a las “Instrucciones de uso” (Instructions for Use, IFU) del fabricante del dispositivo para determinar el nivel de riesgo.1 El propósito de las IFU es describir los métodos alternativos aprobados por el fabricante para limpiar los equipos que cumplen con las normas de los CDC, y la institución decide qué método utilizar.3 Los organismos de supervisión, como la Comisión Conjunta (Joint Commission), tienen la tarea de hacer cumplir las normas de los CDC y, recientemente, comenzaron a responsabilizar a los centros por las IFU de los laringoscopios. La deferencia de los CDC a la industria para determinar los riesgos dio lugar a una posible “sobreclasificación” de los riesgos de los dispositivos y, por lo tanto, de los requisitos de desinfección. Como consecuencia, aunque los fabricantes no son expertos en infecciones, hoy en día, muchos están comenzando a incluir las designaciones de riesgo intermedio en las IFU de los laringoscopios, a pesar de que los mangos siempre se consideraron de bajo riesgo. Esto implica que los centros ahora tienen dos opciones para cumplir con las normas: enviar los mangos al CSSD para hacerles una desinfección mínima de alto nivel o comenzar a usar desechables de un solo uso (Single-Use Disposables, SUD). Es posible que muchos centros elijan la segunda opción, principalmente debido a la conveniencia.2 La carta de la página 90 de esta publicación del Boletín informativo de la APSF aborda muchas de las inquietudes habituales a la hora de tomar la decisión más conveniente.

En la bibliografía revisada por colegas, figuran varios estudios menores que demuestran un resultado inferior de las hojas SUD debido a una mayor deformación de la hoja/unión, especialmente en las que son de plástico. El aumento de la deformación hace que la visualización de las cuerdas vocales sea más difícil.4 Por esta razón, es posible que las instituciones que eligen utilizar dispositivos SUD prefieran el acero “desechable”; no obstante, este material es aún más preocupante para el medioambiente.4 La Organización Internacional de Normalización (International Standards Organization, ISO) determina los criterios de resultado necesarios para obtener la aprobación de los equipos por parte de la FDA. Algo para destacar es que la norma ISO 7376 permite una desviación de la punta del depresor lingual de hasta 1 cm. Si bien los dispositivos de acero reutilizables tienen una desviación mucho menor, los SUD pueden aprovechar la “libertad de acción” para ahorrar en materiales. Los SUD se pueden fabricar de manera tal que se asimilen a los laringoscopios reutilizables, pero esto requiere materiales de mayor calidad y aumenta los costos.

A menudo, se cree que los laringoscopios desechables son más económicos que las alternativas reutilizables, debido a la tarea de reprocesamiento del CSSD y los costos de los materiales. Sin embargo, cuando se tiene en cuenta una institución en su totalidad, el costo de los SUD puede superar los costos del ciclo de vida de una cantidad equivalente de laringoscopios reutilizables. Suponiendo un salario promedio anual de USD 50 000 de los trabajadores del CSSD, y cronogramas de limpieza estándar, e incluyendo una renovación periódica, Sherman y sus colegas calcularon que los mangos reutilizables serían más económicos que los SUD si duraran, al menos, entre 4 y 5 usos, y las hojas reutilizables duraran entre 5 y 7 usos. Los dispositivos reutilizables de acero tradicionales están diseñados para durar miles de usos, por lo que pueden tener una ventaja significativa con respecto a los desechables. En cuanto a la complejidad de la infraestructura, tratar los mangos y las hojas de los laringoscopios reutilizables probablemente represente una fracción muy pequeña (p. ej., el 2 %) de las tareas del centro del CSSD.4

La salud medioambiental es un nuevo factor de la seguridad. No se trata únicamente de lo que termina en el vertedero, sino también de la extracción de recursos naturales, la fabricación, el envasado, el transporte, el uso/la reutilización y la gestión de residuos final: es decir, el ciclo de vida completo. Sherman y sus colegas hicieron una evaluación del ciclo de vida y determinaron que los mangos y las hojas del laringoscopio rígido SUD emiten entre 16 y 25 y entre 6 y 8 veces más gases de efecto invernadero (Greenhouse Gas, GHG), respectivamente, cuando se utiliza la combinación energética estándar de los EE. UU., en comparación con las situaciones hipotéticas de limpieza de dispositivos reutilizables alternativos. Sorprendentemente, de las opciones de reprocesamiento de dispositivos reutilizables, la desinfección de bajo nivel del mango generó emisiones de GHG un poco más elevadas que la desinfección de alto nivel, aunque el costo fuera más bajo.4

Existe una tendencia preocupante a nivel mundial que se inclina hacia los materiales desechables de un solo uso. La contaminación es una de las causas principales de las enfermedades no transmisibles, dado que ocasiona la muerte de 9 millones de personas por año, o un 16 % de muertes por año a nivel mundial.5 Se proclamó que el cambio climático es el principal problema de salud pública del siglo XXI.6 Los plásticos son tan perjudiciales para nuestro medioambiente que hoy en día están presentes en el agua de la llave, la sal de mesa7 y las heces.8 La seguridad de los pacientes en un contexto más amplio incluye la salud pública. Está en lo correcto si se pregunta por la seguridad de los laringoscopios desechables. Los SUD no solo tienen un impacto medioambiental significativo en comparación con los laringoscopios reutilizables, sino que el análisis del ciclo de vida completo indica que no alcanzan el impacto previsto de reducir los costos.

 

La Dra. Sherman actualmente es profesora asociada de Anestesiología en la Facultad de Medicina de Yale, y profesora asociada de Epidemiología en Ciencias de la Salud Medioambiental en la Facultad de Salud Pública de Yale. También es copresidenta del subcomité de Salud Medioambiental en la ASA.


La Dra. Sherman no tiene conflictos de interés.


REFERENCIAS

  1. Rutala WA, Weber D. The Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee (HIPAC): Guideline for disinfection and sterilization in healthcare facilities. Centers for Disease Control, 2008.
  2. Sherman JD, Hopf HW. Balancing infection control and environmental protection as a matter of patient safety: the case of laryngoscope handles. Anesth Analg. 2018;127: 576–579.
  3. Global Harmonization Task Force. Label and instructions for use for medical devices, 2011.
  4. Sherman JD, Raibley LA IV, Eckelman MJ. Life cycle assessment and costing methods for device procurement: comparing reusable and single-use disposable laryngoscopes. Anesth Analg. 2018;127:434–443.
  5. Landrigan PJ, Fuller R, Acosta NJR, et al. The Lancet Commission on pollution and health. Lancet. 2018;391:462–512.
  6. Costello A, Abbas M, Allen A, et al. Managing the health effects of climate change. Lancet. 2009;373:40.
  7. Kim JS, Lee HJ, Kim SK, et al. Global pattern of microplastics (mps) in commercial food-grade salts: sea salt as an indicator of seawater MP pollution. Environ Sci Technol. 2018;Oct 16. doi: 10.1021/acs.est.8b04180. [Epub ahead of print].
  8. Schwabi PL, Koppel S, Konigshofer TP, et al. Assessment of microplastics concentrations in human stool—preliminary results of a prospective study. United European Gastroenterol J. 2018;6:A127.