Las leyes sobre escuchas telefónicas regulan la legalidad de las grabaciones de audio y varían de un estado a otro. Abajo resumimos las leyes sobre escuchas telefónicas de los distintos estados, los recursos o penas que pueden imponerse por infringir una ley de escuchas telefónicas y la aplicabilidad de estas leyes a las iniciativas de seguridad de los pacientes. Mediante ejemplos de casos, damos consejos sobre cómo manejar situaciones médicas en las que puede ser aplicable la legislación sobre escuchas telefónicas.
INTRODUCCIÓN A LAS LEYES DE ESCUCHAS TELEFÓNICAS
En los Estados Unidos, muchas leyes federales y estatales tienen conexiones con la seguridad del paciente que son relevantes para los profesionales de la anestesia (incluyendo, entre otras, las diversas leyes de salud pública1, la Ley de Seguridad del Paciente y Mejora de la Calidad de los Estados Unidos de 20052 y la ley de revisión por pares3). Una publicación reciente sobre las leyes de escuchas telefónicas y el médico perioperatorio en el Journal of Clinical Anesthesia destaca un importante concepto legal que tiene aplicaciones potenciales tanto para la práctica clínica rutinaria como para la seguridad del paciente4.
Las leyes sobre escuchas telefónicas regulan si una grabación de audio —de conversaciones cara a cara, llamadas telefónicas o cualquier otro tipo de comunicación oral o por cable (de ahí el nombre)— se hizo legalmente. La mayoría de las leyes sobre escuchas telefónicas de Estados Unidos se aprobó en las décadas de 1960 y 1970, cuando el acceso a los dispositivos de grabación no era tan frecuente. Estas leyes siguen vigentes hoy en día con algunas enmiendas y modificaciones, en una época en la que los dispositivos de grabación fácilmente ocultables (es decir, nuestros teléfonos móviles) son omnipresentes.
Las leyes sobre escuchas telefónicas varían de un estado a otro
En Estados Unidos, las leyes sobre escuchas telefónicas varían de un estado a otro y pueden clasificarse en unipersonales, multipersonales o “mixtas”. Las jurisdicciones de consentimiento unipartidista exigen que solamente una parte dé su consentimiento a una grabación de audio, mientras que las jurisdicciones de consentimiento multipartidista exigen que todas las partes presentes den su consentimiento. Vale la pena subrayar que “todas las partes” es realmente descriptivo; si no todas las partes dan su consentimiento a la grabación de audio, o la grabación tiene que cesar, o la parte que no da su consentimiento tiene que irse del área de grabación4.
Treinta y siete estados exigen el consentimiento de una sola parte, nueve exigen el consentimiento de todas las partes (California, Florida, Illinois, Maryland, Massachusetts, Montana, Nuevo Hampshire, Pensilvania y Washington) y los cuatro restantes (Connecticut, Michigan, Nevada y Oregón) tienen leyes mixtas sobre escuchas telefónicas (Figura 1).4 Dependiendo del estado, los castigos penales se clasifican en delitos graves o delitos menores e incluyen multas de entre 500 y 100,000 dólares, encarcelamiento (de entre 6 meses y 20 años) o ambas cosas. Las indemnizaciones civiles oscilan entre 100 y 25,000 dólares; también es posible la recuperación de recursos civiles, incluyendo daños y perjuicios, honorarios de abogados y costas procesales4.
Las leyes sobre escuchas telefónicas son distintas de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA), que protege a los pacientes de ser fotografiados o grabados en video5. Aunque hay situaciones potenciales en las que ambas leyes pueden ser aplicables, las leyes sobre escuchas telefónicas se aplican a la grabación de audio no consentida de cualquier persona, incluyendo el personal clínico. Por ejemplo, los pacientes o sus familiares pueden grabar al personal clínico, el personal clínico puede grabar a los pacientes, el personal clínico puede grabarse unos a otros o los empleados no clínicos del hospital pueden hacer una grabación y todas estas situaciones pueden estar sujetas a las leyes sobre escuchas telefónicas de los distintos estados.
Además, el personal clínico debe ser consciente de que incluso si se hace una grabación sin el consentimiento adecuado, dicha grabación aún puede ser admisible ante un tribunal, con la salvedad de que la persona que graba puede sentirse disuadida porque, al hacerlo, estaría presentando pruebas que, en algunos estados, constituyen un delito grave y posteriormente podría ser acusada de violación de la ley de escuchas telefónicas4.
Aunque la política del hospital puede ayudar a orientar al personal clínico y a pacientes sobre cómo actuar ante una grabación o una solicitud de grabación, la ley estatal pertinente prevalece sobre la política del hospital. En otras palabras, incluso si un hospital permite la grabación de audio, las personas están sujetas en última instancia a las leyes estatales aplicables en materia de escuchas telefónicas con respecto a la legalidad de una grabación.
APLICABILIDAD AL TRABAJO CLÍNICO Y A LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Las grabaciones de audio tienen muchas implicaciones potenciales para la seguridad. Los profesionales de la anestesia, que trabajan en múltiples áreas del hospital, pueden estar expuestos a grabaciones de audio en cualquier momento. Por ejemplo, con la omnipresencia de los teléfonos móviles, es posible que los pacientes deseen hacer grabaciones audiovisuales de las visitas a la clínica, las instrucciones del proveedor (como las instrucciones de alta), las charlas mantenidas durante las rondas (como en la unidad de cuidados intensivos) o ciertos acontecimientos en el hospital, como el nacimiento de su hijo6-8. Sin duda, estas grabaciones pueden ser valiosas: los pacientes pueden recordar y comprender mejor la información médica comentada y pueden compartir la información con sus familiares8,9. Cuando los pacientes comparten la comprensión de su atención médica y tienen el apoyo y el estímulo de sus familiares. Esto tiene el potencial de mejorar el cumplimiento de las instrucciones médicas. Por otro lado, permitir que los pacientes registren sus interacciones clínicas puede, en teoría, mejorar la relación entre el paciente y el médico, aumentar la confianza del paciente en el profesional de la anestesia y hacer que sea más probable que siga las instrucciones médicas10. El cumplimiento de las instrucciones médicas se asocia a una mejora de los resultados de los pacientes en múltiples especialidades médicas y medidas de atención médica.
Los pacientes que no hablan el mismo idioma que el proveedor de atención médica son sobre todo vulnerables. Grabar la interacción, incluyendo la interpretación, permite a los pacientes escuchar atentamente la traducción y, potencialmente, incluso verificar la exactitud de la interpretación.
Los servicios de telemedicina y transcripción médica, usados en áreas como las unidades de cuidados intensivos o en clínicas, han florecido desde la pandemia. El uso de estos servicios tiene sus propias implicancias en la seguridad del paciente, como el aumento de la accesibilidad para los pacientes que pueden estar alejados de la atención11. No obstante, todos estos servicios deben tener en cuenta la legislación pertinente sobre escuchas telefónicas.
Del mismo modo que se quiera registrar los incidentes graves en la comunidad (como las interacciones con la policía y otros funcionarios públicos), los pacientes y el personal clínico pueden querer registrar un acontecimiento clínico en el hospital. Puede tratarse de una interacción poco profesional, un error médico o un evento adverso. El conocimiento de un suceso puede inducir cambios positivos y mejorar la seguridad del paciente. Aunque las leyes sobre escuchas telefónicas pueden restringir este tipo de grabaciones, es importante tener en cuenta que las leyes pueden cambiar. Por ejemplo, en Massachusetts, que tiene una de las legislaciones más estrictas del país en materia de consentimiento para las escuchas telefónicas, actualmente se está impugnando en los tribunales la autorización de grabar a la policía12. Las leyes sobre escuchas telefónicas de los estados con consentimiento de todas las partes también podrían modificarse para permitir la grabación de eventos adversos en situaciones clínicas para mejorar la seguridad de los pacientes.
Adicionalmente, hay varias iniciativas publicadas que abogan por la grabación de la práctica clínica para mejorar la atención al paciente y la seguridad: por ejemplo, permitir a las familias ver las cirugías como parte de la atención centrada en la familia y el paciente13,14. Otro ejemplo es el uso de una caja negra de quirófano para grabar las cirugías con la intención de caracterizar los errores, eventos y distracciones intraoperatorias15. Esta tecnología tiene el potencial de mejorar la asistencia y la seguridad de los pacientes reduciendo los errores médicos o mejorando la comunicación. Sin embargo, es importante señalar que las leyes sobre escuchas telefónicas siguen siendo aplicables. Por ejemplo, el uso de una caja negra en un estado de consentimiento de todas las partes se complica desde el punto de vista legal, ya que todas las partes presentes (que pueden cambiar a lo largo de la intervención quirúrgica o la grabación) tienen que dar su consentimiento para ser grabadas; el hospital no puede dar un consentimiento general. El personal clínico que no dé su consentimiento tendrá que irse y puede ser necesario sustituirlo, lo que tiene enormes implicancias dada la actual escasez de personal médico y de enfermería14. Una solución potencial consiste en usar exclusivamente la grabación de imágenes y no la grabación de audio, reconociendo que esto limitaría la capacidad de caracterizar los errores de comunicación14.
En resumen, los profesionales de la anestesia en la práctica diaria, así como cualquier iniciativa de mejora de la seguridad y la calidad del paciente que aproveche el uso de grabaciones de audio, deben tener en cuenta las leyes estatales pertinentes sobre escuchas telefónicas y las limitaciones legales de las grabaciones de audio que plantean.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS
Muchos pueden pensar que si la intención de la grabación es buena —por ejemplo, si se hace para uso personal privado o para captar (e informar más tarde) de un error, un evento adverso o una interacción hostil, la grabación puede estar justificada. Sin embargo, si no se obtiene el consentimiento adecuado antes de hacer una grabación de audio, puede demostrar una violación de la legislación estatal sobre escuchas telefónicas. Como ejemplo ilustrativo, cuando un estudiante de secundaria de un estado en el que todas las partes dan su consentimiento grabó un incidente de acoso escolar y presentó el video al director de su escuela, fue acusado de violar la ley estatal de escuchas telefónicas16. Aunque, posteriormente, se retiraron los cargos, este ejemplo pone de relieve que la grabación de audio sin el consentimiento adecuado puede ser contraria a la ley.
Aunque puede haber escenarios en los que los profesionales de la anestesia pueden esperar enfrentarse a las leyes de escuchas telefónicas (como en el caso de la transcripción médica), hay muchas ocasiones en las que las leyes de escuchas telefónicas pueden ser relevantes de forma inesperada. Puede resultar difícil alejarse y consultar a un abogado, por lo que es imperativo que todo el personal clínico no solamente conozca y comprenda cómo afectan las leyes sobre escuchas telefónicas de su estado a las grabaciones de audio, sino también cómo pueden decidir responder a una situación concreta. Algunos individuos pueden sentirse indiferentes a ser grabados, mientras que otros pueden ser firmes defensores de ser grabados; estos sentimientos pueden cambiar dependiendo de la situación en cuestión.
A continuación, se presentan algunas situaciones hipotéticas en las que pueden aplicarse las leyes sobre escuchas telefónicas, así como recomendaciones sobre cómo reaccionar. Estas recomendaciones son un balance de múltiples factores, incluyendo la educación de todos los presentes acerca de la ley (ya que la mayoría de las personas tiende a desconocer las leyes sobre escuchas telefónicas), permitiendo a los implicados tomar una decisión con respecto a sus derechos legales y manteniendo la relación médico-paciente.
Situación 1: Usted es el anestesista que lleva a un paciente al quirófano. Cuando entra, se da cuenta de que un equipo de filmación lo está grabando. Cuando pregunta por la filmación, el cirujano lo informa de que están allí para filmar toda la cirugía, incluyendo aspectos de los cuidados anestésicos “para mejorar la seguridad”. Ya “han obtenido el consentimiento de todos”, pero es la primera vez que usted se entera.
Situación 2: Está colocando una epidural a una paciente de parto. La pareja se ha quedado en la habitación, como es habitual en su institución.
Mientras completa el procedimiento y se prepara para administrar la dosis de la prueba, levanta la vista y se da cuenta de que su pareja está de pie a su lado y sostiene su teléfono móvil apuntándole. Le pregunta si ha estado grabando, a lo que responde incómodo que no y guarda el teléfono.
Situación 3: Está atendiendo a pacientes por telemedicina en su clínica de dolor crónico. Comenta el uso de servicios de transcripción médica con su próximo paciente. El paciente da su consentimiento para ser grabado y pregunta si también puede grabar la visita en la clínica para su uso personal.
Sugerencias: Si se tiene conocimiento de una grabación de video (situaciones 1, 2 y 3), se recomienda verbalizar que se está produciendo la grabación. En un estado de consentimiento de todas las partes, puede ser útil informar a todos los presentes de que cada persona tiene que dar su consentimiento. Por ejemplo: “Veo que está grabando. En nuestro estado, todos los presentes tienen que dar su consentimiento con respecto a la grabación. Consiento/no consiento la grabación”. Si todas las partes no consienten en ser grabadas, o la grabación debe detenerse, o bien quienes no consientan deben irse del lugar. Las personas que se sientan incómodas siendo directas pueden encontrar útil citar la política del hospital (si existe en su institución): “La política del hospital es no permitir grabaciones de video”. Aunque citar la política del hospital puede ser útil para calmar una situación incómoda, tenga en cuenta que el hospital no puede dar su consentimiento en nombre de otros (situación 1).
En el caso de que la persona mienta sobre la grabación o esté grabando a escondidas (situación 2), puede ser útil indicar si usted consiente o no que lo graben. Aunque la grabación puede ser admisible ante un tribunal, el individuo puede verse disuadido de hacerlo, ya que estaría presentando pruebas de que puede haber infringido una ley estatal (sobre todo, si se trata de un estado en el que todas las partes dan su consentimiento).
Puede ser útil, sobre todo si se trata de un estado con consentimiento de una sola parte (en el que la persona que graba tiene derecho a hacerlo incluso sin el consentimiento de todos), estudiar las razones por las que la persona quiere grabar (situaciones 2 y 3) y sugerir otras formas de darle esta información (como solicitar su registros médicos).
En el caso de la transcripción médica (situación 3), recomendamos informar igualmente a todas las partes sobre la grabación y obtener su consentimiento, sobre todo teniendo en cuenta que las partes pueden encontrarse en distintos estados, lo que podría incluir un estado de consentimiento de todas las partes. Dependiendo de la ubicación de las respectivas personas (es decir, el paciente o pacientes y el médico o médicos), pueden aplicar las leyes de intervención telefónica de una o de todas las partes4.
La decisión de dar su consentimiento a una grabación depende de cada persona. Creemos que es importante tener en cuenta la relación con la persona que graba, si hay formas alternativas de dar información satisfactoria que no impliquen la grabación, y la probabilidad de que el consentimiento para ser grabado pueda acabar en litigio, algo que, en realidad, está completamente fuera de su control una vez que da su consentimiento para ser grabado.
CONCLUSIÓN
Los profesionales de la anestesia deben conocer las leyes sobre escuchas telefónicas
Aunque en la actualidad todas las situaciones descritas se rigen potencialmente por las leyes de escuchas telefónicas, a medida que se producen nuevos avances tecnológicos, puede haber escenarios adicionales en los que las leyes de escuchas telefónicas podrían llegar a ser aplicables. Así las cosas, en la práctica diaria de la anestesiología, y además al considerar iniciativas que puedan implicar la grabación de audio, todos los profesionales de la anestesia deben ser conscientes de las leyes de escuchas telefónicas, cómo las leyes de un estado en particular pueden afectar a la legalidad de cualquier grabación de audio y los castigos penales potenciales y recursos civiles que pueden imponerse por violaciones. A menos que se produzca una revisión a fondo de las leyes sobre escuchas telefónicas de los Estados Unidos, corresponde a todos los profesionales de la anestesia estar bien informados de la multiplicidad de situaciones en las que las leyes sobre escuchas telefónicas son o podrían ser aplicables y cómo reaccionarían ante estos escenarios.
Karolina Brook es anestesióloga del Departamento de Anestesiología del Boston Medical Center, Boston, MA, y profesora adjunta del Departamento de Anestesiología de la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la Universidad de Boston, Boston, MA.
Karolina Brook, MD, no tiene conflictos de intereses.
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