Los artículos recientes del Boletín informativo de la APSF sobre la prevención de infecciones de los doctores Prielipp, Birnbach, Schaffzin, Johnston, y Munoz-Price apoyan los procedimientos de descontaminación ampliados para los mangos de los laringoscopios reutilizables. Los autores sostienen que, teniendo en cuenta las recomendaciones de reprocesamiento ampliadas, la opción más rentable es adoptar laringoscopios desechables de un solo uso (single-use disposable, SUD) en todo el país. Faltan pruebas que apoyen los procedimientos de reprocesamiento ampliados de los mangos de los laringoscopios. Los mangos de los laringoscopios desechables, que cada uno tiene baterías de litio, fuentes de luz, y plástico y metal, aumentan considerablemente la cantidad de desechos médicos y el daño ambiental. Un verdadero análisis de la relación costo-beneficio favorece el reprocesamiento de los mangos de los laringoscopios reutilizables de acuerdo con las recomendaciones actuales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC).
En sus artículos de la edición de octubre del Boletín informativo de la APSF, los Dres. Prielipp, Birnbach, Schaffzin, Johnston y Muñoz-Price esbozan un enfoque integral para el control de infecciones por parte de profesionales de la anestesia.1,2 Estamos de acuerdo con la mayoría de sus recomendaciones, incluyendo la higiene frecuente de las manos, la limpieza del centro intravenoso antes de la inyección, las prácticas asépticas durante la preparación y la administración de medicamentos, y la eliminación de la contaminación en las superficies del entorno.3 Sin embargo, con todo el respeto, no estamos de acuerdo con la conclusión de los autores de que los laringoscopios desechables de un solo uso (single-use disposable, SUD) son rentables en comparación con los laringoscopios reutilizables.
Los autores comienzan pidiendo procedimientos de reprocesamiento ampliados para los mangos de los laringoscopios reutilizables. La implementación de estos procedimientos ampliados requeriría el desmonte y el transporte de los mangos a un área central de reprocesamiento. Los autores afirman que “el costo del reprocesamiento de los laringoscopios reutilizables con este nuevo estándar es elevado”. Como consecuencia de su “nuevo estándar”, los autores respaldan “la implementación de productos de un solo uso [es decir, los laringoscopios desechables]” porque “en realidad, pueden tener un costo bastante conveniente”.1,2
Exigir que los mangos de los laringoscopios se sometan a una desinfección de alto nivel contradice las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) (https://www.cdc.gov/infectioncontrol/guidelines/disinfection/rational-approach.html).
Aunque se exige debidamente que las hojas del laringoscopio se sometan al reprocesamiento central, sostenemos que la evidencia no respalda que los mangos se sometan al mismo estándar. Está bien documentada la contaminación del mango del laringoscopio con la flora cutánea principalmente normal.4-6 Sin embargo, hasta donde sabemos, no ha habido ningún caso documentado de una infección hospitalaria transmitida por los mangos de los laringoscopios o por las hojas que se reprocesaron según las directrices actuales de los CDC.
Estamos de acuerdo en que los mangos de los laringoscopios deben someterse a un proceso de desinfección de bajo nivel verificable para eliminar la contaminación de la superficie, como cualquier otra superficie del entorno, y que las hojas deben permanecer envueltas hasta que se usen con un paciente.
Los cálculos de la relación costo-beneficio deben incluir la evaluación de los daños ambientales y los costos de los desechos médicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda este enfoque. En su informe sobre la salud mundial, la OMS “recomienda firmemente la evaluación de los riesgos para toda la población […] en las estrategias para la reducción de riesgos”. Los mangos de los laringoscopios desechables tienen baterías de litio, fuentes de luz, metal y plástico que rara vez se reciclan de manera eficaz en la actualidad. Los profesionales de la anestesia tienen el deber de considerar el daño a la salud global asociado a la fabricación, el embalaje, el transporte y la eliminación de estos elementos de un solo uso.7
En un análisis exhaustivo reciente del ciclo de vida, se hizo una argumentación convincente a favor de los laringoscopios reutilizables basada en la seguridad del paciente, el efecto ambiental y el costo.4 Cuando se compararon todos los costos, los laringoscopios reutilizables fueron 10 veces menos costosos que los laringoscopios SUD, y las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron entre 16 y 25 veces.4,8 En varios estudios se sugiere que no se ha demostrado que los laringoscopios desechables ofrezcan una mayor fiabilidad o mejores condiciones de intubación en comparación con los laringoscopios reutilizables.4,8-9
Sin evidencia de beneficios, la implementación general de laringoscopios desechables aumentaría considerablemente (y ya lo ha hecho) los costos y la contaminación relacionados con la anestesia. Los profesionales de la anestesia, como líderes en seguridad del paciente, tienen el deber de usar información basada en evidencias para minimizar la incidencia y el efecto de los resultados adversos.9,10 En su contexto más amplio, esto incluye resultados adversos que afectan la salud pública.
La Dra. Gordon es profesora auxiliar de Anestesiología en University of Colorado y miembro del equipo de trabajo sobre medio ambiente de la ASA.
La Dra. Sherman es profesora asociada de Anestesiología y de Epidemiología (Ciencias de la Salud Medioambiental) en la Facultad de Medicina Yale, New Haven, CT, y miembro del Comité de Equipos e Instalaciones, y del Comité de Seguridad y Salud Ocupacionales de la ASA. La Dra. Sherman también es copresidenta del Subcomité de Salud Medioambiental de la ASA.
El Dr. Beers es profesor de Anestesiología en State University of New York, Upstate Medical Center, y presidente del Comité de Seguridad y Salud Ocupacionales de la ASA. La Dra. Hopf es profesora de Anestesiología y profesora adjunta de Ingeniería Biomédica en University of Utah, Salt Lake City, UT, y miembro del Comité de Equipos e Instalaciones de la ASA.
La Dra. Sherman recibió honorarios como conferencista de Getinge USA. Dres. Gordon y Beers no tienen nada para revelar.
Referencias
- Prielipp RC, Birnback DJ. Health care-associated infections: a call to anesthesia professionals. APSF Newsletter. 2019;34:29–32.
- Schaffzin J, Johnston L, Munoz-Price LS. The hospital epidemiologist’s perspective on the anesthesia operating room work area. APSF Newsletter. 2019;34:37–39.
- Munoz-Price LS, Bowdle A, Johnston BL, et al. Infection prevention in the operating room anesthesia work area. Infect Cont Hosp Ep. 2019;40:1–17.
- Sherman JD, Raibley LA, Eckelman M. Life Cycle assessment and costing methods for device procurement: comparing reusable and single-use disposable laryngoscopes. Anesth Analg. 2018;127:434–43.
- Call TR, Auerback FJ, Riddell SW, et al. Nosocomial contamination of laryngoscope handles: challenging current guidelines. Anesth Analg. 2009;109:479–83.
- Negri de Sousa AC, Levy CE, Freitas MIP. Laryngoscope blades and handles as sources of cross-infection: an integrative review. J Hosp Infect. 2013;83:269–275.
- Chapter 2: Defining and assessing risks to health. In: The World Health Report 2002: reducing risks, promoting healthy life. Geneva: World Health Organization, 2002, pp. 7–27.
- Sherman JD. Reusable vs disposable laryngoscopes. APSF Newsletter. 2019;33:91.
- Sherman JD, Hopf HW. Balancing infection control and environmental protection as a matter of patient safety: the case of laryngoscope handles. Anesth Analg. 2018;127:576–579.
- Watts, N. et al. The 2019 report of the Lancet Countdown on health and climate change: ensuring that the health of a child born today is not defined by a changing climate. Lancet. November 13, 2019 https://doi.org/10.1016/S0140-6736(19)32596-6