La Sociedad Americana de Anestesiólogos (American Society of Anesthesiologists, ASA), la Fundación para la Seguridad del Paciente de Anestesia (Anesthesia Patient Safety Foundation, APSF), la Academia Americana de Asistentes de Anestesiólogos (American Academy of Anesthesiologist Assistants, AAAA) y la Asociación Americana de Enfermeros Anestesistas (American Association of Nurse Anesthetists, AANA) creen que la seguridad de los profesionales de anestesia es de suma importancia en la elaboración de las políticas relacionadas con el equipo de protección personal (PPE). Debido al contacto cercano con los pacientes y a la necesidad de usar instrumentos en las vías respiratorias, los profesionales de anestesia tienen mayor riesgo de exposición e infección en todos los procedimientos de diagnóstico, terapéuticos y quirúrgicos durante esta pandemia del COVID que se está intensificando rápidamente en los EE. UU.
La creciente experiencia ha demostrado que puede haber un período de incubación de 5 días o más entre la exposición al virus del COVID y el desarrollo de los síntomas y que hay personas que han dado positivo en COVID que son asintomáticos o han tenido síntomas mínimos. Las pruebas de laboratorio para detectar el coronavirus todavía no están disponibles rápidamente ni para todos. Como resultado, no es posible identificar con certeza quién ha dado positivo o negativo en COVID en el entorno de atención clínica. Por lo tanto, recomendamos como práctica óptima que todos los profesionales de anestesia utilicen el PPE adecuado para los procedimientos que generan aerosol con todos los pacientes cuando estén trabajando cerca de las vías respiratorias.
Idealmente, los profesionales de anestesia deberían usar mascarillas N95 o respiradores purificadores de aire (PAPR) ajustados correctamente. Para los que no les hagan la prueba de ajuste de la N95, tengan vello facial o lleguen a hacerse la prueba de ajuste de la N95, deben usar los PAPR si es posible. Las mascarillas quirúrgicas protegen contra la transmisión de gotas del COVID-19, pero no contra las partículas de aerosol pequeñas. Los CDC desarrollaron una tabla detallada (referencia 2) que describe la mascarilla quirúrgica, N95, y el uso de PAPR según la distancia a la que esté el paciente que se sospecha o se sabe que tiene el COVID-19 y el uso del control de la fuente (es decir, cubrir con mascarilla a los pacientes con síntomas).
La entrega de mascarillas N95 o la disponibilidad de PAPR para todo el personal de anestesia clínica debería ser una prioridad. Sin embargo, si un centro tiene escasez real o proyectada de mascarillas N95 o PAPR, se deben poner en práctica los planes de mitigación basados en las recomendaciones de los CDC. Estos planes deberán incluir revisiones del centro y caso por caso del potencial de generación de partículas de aerosol de los pacientes y los procedimientos, al igual que las evaluaciones de las características de los patógenos respiratorios (por ejemplo, rutas de transmisión, propagación a la comunidad, prevalencia de la enfermedad en la región, tasa de ataque de la infección y gravedad de la enfermedad) y las condiciones locales (por ejemplo, número de mascarillas N95 desechables disponibles, tasa actual de uso de respiradores y éxito de las estrategias de conservación de otro PPE). Sería recomendable que los centros de atención médica implementen el uso prolongado o prácticas de reutilización limitada antes de que haya escasez para que haya disponibilidad de los suministros adecuados durante los momentos pico de necesidad y demanda. El uso prolongado o la reutilización limitada de las mascarillas N95 deberán cumplir las directrices de los CDC (referencia 4) e institucionales.
Es necesario tratar cuidadosamente todos los componentes de PPE adecuado. Para los procedimientos que generan aerosol esto incluye protección para ojos (gafas o protector facial desechable que cubre el frente y los lados de la cara), una bata y guantes, además de protección de las vías respiratorias con mascarillas N95 o PAPR (referencia 1). La higiene de manos eficaz antes de ponerse y después de quitarse el PPE, incluyendo los guantes, es muy importante. Se deberán establecer los procedimientos para ponérselos y quitárselos correctamente, para desechar el PPE contaminado y para limpiar el PPE reusable y el equipo de anestesia contaminado siguiendo las recomendaciones institucionales y de los CDC.
Los CDC recomiendan una combinación de métodos para conservar los suministros a la vez que se protege a los trabajadores de atención médica y cuando hay escasez real o proyectada de las mascarillas N95:
Referencias